Para Marta Martínez, responsable de calidad y medio ambiente de Calzados ROBUSTA, cuidar y respetar el entorno hace crecer a las organizaciones ya que trabajar en clave sostenible es económicamente rentable.

– En Calzados Robusta realizáis un esfuerzo especial en aspectos sociales y medioambientales. ¿Cuál es el motivo de esta decisión?

Desde el comienzo hemos dado una especial importancia a los aspectos sociales y medioambientales. Ambos están muy relacionados, ya que la calidad de nuestra vida laboral depende mucho de nuestro entorno. Cuidar y respetar el entorno nos hace crecer como organización. Creímos que un buen punto de partida era con la implantación del estándar ISO 14001 y SA 8000 y desde entonces no hemos dejado de avanzar.

– ¿Cuáles son los objetivos prioritarios a asumir en materia de sostenibilidad y cómo se trasladan al impacto del día a día en la empresa?

Generar residuo cero es nuestro principal objetivo. Sabemos que es un camino largo y que supone un gran esfuerzo por parte de todos, pero merecerá la pena. Para ello, trabajamos en la optimización de recursos y en el reciclado de nuestros residuos e incorporamos a nuestro calzado materiales reciclados.

– Actualmente, ¿Cómo se aplica la sostenibilidad en el diseño y fabricación del calzado de Robusta? ¿Cuáles son los logros alcanzados? ¿Y los retos futuros?

Actualmente, tenemos implantado un proceso de ecodiseño en el que tenemos en cuenta criterios medioambientales a la hora de diseñar nuevos modelos. Analizamos varias opciones y escogemos la que medioambientalmente ofrezca mejores resultados. Tenemos como objetivo aplicarlo no solo a los nuevos diseños, sino a todos nuestros modelos existentes, analizándolos en busca de alternativas más respetuosas con el medio ambiente.

– ¿Con qué herramientas de medición y/o tecnología contáis para reducir el impacto ambiental en el proceso productivo?

Realizamos anualmente mediciones de emisiones de COV´S y vertidos, con el objetivo de controlarlas y reducirlas. Además, estamos inscritos en el programa del Ministerio para la Transición Ecológica, “Cálculo, compenso, reduzco”, con el que calculamos anualmente nuestras emisiones de CO2, y establecemos un plan de minimización anual, compensando parte de nuestra huella de carbono.

– Tenéis un proyecto de eco diseño, ¿Cuándo comenzó el proyecto y en qué consiste?

El proyecto comenzó en 2016 y consiste en tener en cuenta criterios ecológicos desde la fase cero de diseño. Se trata de un proceso global que no solo implica el uso de materiales verdes, sino la forma más sostenible de producirlos, almacenarlos y expedirlos al cliente. De este modo creamos un modelo lo más sostenible posible en todas las fases del proceso productivo.

– En la confección de los zapatos, ¿utilizáis materiales respetuosos con el medio ambiente? 

Sí, todos nuestros proveedores de pieles están certificados por “Leather working group” en el cual se garantiza que su proceso productivo es respetuoso con el medio ambiente. Además, los textiles que utilizamos están certificados bajo el estándar OEKO-TEX 100.

– ¿A qué llamamos “zapato sostenible”?

A un zapato fabricado con materiales cuyo proceso de producción sea respetuoso con el medio ambiente, confeccionado con materiales reciclados o reciclables y sobre todo diseñado para generar la menor cantidad de residuos en su proceso de fabricación.

– ¿Es complicado innovar en una fábrica?

En absoluto, siempre estamos abiertos a probar nuevos desarrollos de materiales. Incluso nosotros mismos participamos en proyectos de investigación y desarrollo. Actualmente hemos colaborado con el proyecto “Ecotextyle”, cuyo objetivo es formar al sector del calzado en temas medioambientales.

– ¿Qué perspectiva ofrece un modelo de negocio centrado en la sostenibilidad? ¿Es rentable para las empresas?

A día de hoy, te permite destacar dentro del mercado y posicionarte como una buena alternativa. Cada día se tiene más en cuenta la sostenibilidad por lo que, muy pronto, ya no será una opción sino una obligación. Por eso es fundamental poner todos nuestros esfuerzos en temas medioambientales. A corto plazo supone una fuerte inversión, pero a largo plazo tanto ética como económicamente es rentable.

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